Del monte San Bernardo en el convento,
Al asomar la luz del nuevo día
Las preces se mezclaban con el viento,
Y en la region del águila y las nubes
Una voz por los aires repetía:
¡Excelsior!
Al asomar la luz del nuevo día
Las preces se mezclaban con el viento,
Y en la region del águila y las nubes
Una voz por los aires repetía:
¡Excelsior!
Así procede quien vive siempre movido por el ideal de perfección. No admite restricción alguna, puesto que la esperanza multiplica su energía.
Pero ese ascenso espiritual y moral implica abandono del pecado. Todavía siguen el hombre y la mujer siendo de carne, pero cada vez que viven más la vida del espíritu, en forma gradual, pero segura, van obteniendo la victoria sobre el mal hasta que nada defectuoso les debilite el carácter.
Pero ese ascenso espiritual y moral implica abandono del pecado. Todavía siguen el hombre y la mujer siendo de carne, pero cada vez que viven más la vida del espíritu, en forma gradual, pero segura, van obteniendo la victoria sobre el mal hasta que nada defectuoso les debilite el carácter.