"La mayor necesidad del mundo
Es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos."
(La educación p.57)


ME QUEJÉ...

Pensaba que mi vida no estaba bien, hablé entonces con Dios y:
 

*Me quejé de lo que me salió mal en el trabajo, pero no agradecí mis manos para trabajar.
*Me quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos, mas no agradecí por tener una familia.
*Me quejé cuando no había lo que más me gustaba para comer, pero olvidé agradecer por tener alimento.
*Me quejé por mi salario, cuando miles ni siquiera tienen uno.
*Me quejé porque no apagaban la luz de mi cuarto al buscar unos libros, pero no pensé en que muchos no tienen hogar donde tener las luces encendidas.
*Me quejé por no poder dormir 10 minutos más, olvidando a quienes darían todo por tener su cuerpo sano para poder levantarse.
*Me quejé por tener que trabajar al día siguiente, olvidando que muchos no tienen trabajo que les permita llevar sustento a su familia.
*Me quejé porque mi madre me reprendía, cuando millones desearan tenerla viva para poder honrarla y abrazarla.
*Me quejé pues tenía que dar una charla sobre Jesús a unos jóvenes, olvidando el privilegio que es poder hablar a otros de Jesús.
 

 
Dios me mostró en aquel momento la verdad y entonces comprendí lo ingrato que había sido con Él, y comencé a agradecer por las cosas que había olvidado, y aún más aquellas por las que tanto me quejaba…
 
 "Siempre dad gracias por todo al Dios y Padre, en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo” Efesios 5:20

“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1Tes. 5:16-18).